Misión
Somos una comunidad viva, sin ánimo de lucro, que proclama, practica y enseña el evangelio de fe y poder, formando discípulos para Nuestro Señor Jesucristo, quien es el único mediador entre Dios y los hombres, con el fin de bendecir a Panamá y a las naciones
01
Visión
Desarrollar un avivamiento espiritual permanente que genere crecimiento integral en las personas para la gloria de Dios.
02
Lo que somos
Somos una entidad sin ánimo de lucro, reconocida por el Estado Panameño que propende por la difusión del evangelio en Panamá y en otros países del mundo. El trabajo realizado desde 1975, ha sido guiado por Dios bajo principios y valores que nos han permitido desarrollar nuestra labor.
03
Somos
Te invitamos a conocernos y formar parte de este ministerio avivado por el Espíritu Santo.
iccp
Somos Impacto
Tu visita a nuestro portal no solo es una conexión digital, sino una oportunidad para conocer el corazón de nuestra comunidad cristiana y el impacto positivo que juntos podemos lograr. Nos emociona compartir contigo nuestra visión, misión y el amor que inspira cada acción que emprendemos por amor a Cristo.
Somo Impacto a las Naciones
impacto a las naciones
Ministerios
Testimonios de
IMPACTO
Dios nos llamo a está Nación panamá con un propósito y damos gracias por este maravilloso llamado.
Un privilegio ha sido para mi y mi familia pertenecer a este ministerio.
Hoy te invito a que hagas parte de este gran proyecto de Impacto, con tu ayuda podremos extender en reino de Dios en centro América.
El avivamiento que Dios ha derramado sobre ICCP es maravillo, tiempos de gloria donde el poder de Dios se ha visto manifestado e impacto las vidas muchas familias, jóvenes, niños con sanidad y restauración. Una generación que se levanta a darle la honra al único que merece todo el honor. #Yosoyimpacto.
Este año ya se me había vencido mi estadía, en el país donde resido, me faltaban 2 días para expirárseme los seis meses de prórroga, que me dieron después del tiempo regular, no tenía ni un dólar disponible para realizar dicho trámite, pero Dios trajo a mi memoria, la promesa que me había hecho de que me iba a dar los papeles, y confié.
Porque nuestro Dios no sabe mentir y en cuestión de muy pocos días ya tenía en mi bolsillo el carnet de migración de residencia.